Odontología preventiva y conservadora

Odontología Preventiva

Es esencial prevenir patologías que llevan a perder nuestros dientes y a sufrir enfermedades bucodentales.

La Odontología Preventiva y Conservadora

La prevención y conservación de la salud bucal se basa en dos actividades fundamentales:

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CLINICA GENERAL

Limpieza diaria de la boca

Ambas actividades son totalmente complementarias , de poco sirve una adecuada limpieza diaria si no se complementa con una limpieza profunda en la clínica y unas revisiones periódicas. Esto requiere una disciplina y una voluntad por nuestra parte para acudir a nuestro dentista al menos una vez al año.

En general, realizando un buen cuidado diario de la boca y con un seguimiento periódico de nuestro dentista, se evitan un gran número de patologías que casi siempre son traumáticas y costosas.
En la mayoría de los casos aquellos pacientes que no han realizado estas pequeñas tareas de mantenimiento, acuden a la clínica con unas patologías complejas que requieren endodoncias, extracciones e implantes o prótesis.

Sin embargo, aquellos pacientes disciplinados que se cepillan bien 3 veces al día después de las comidas y acuden regularmente al dentista una o dos veces al año para hacerse una limpieza y una revisión, mantienen su boca sana y evitan esos tratamientos.

Revisiones periódicas en el dentista

Para los pacientes, la prevención y conservación de los dientes debería ser lo más importante pues, incluso desde un punto de vista económico es lo más ventajoso. Hay que tener en cuenta que el coste de un implante con corona equivale a unas 30 limpiezas. Es decir, que, acudiendo al dentista una vez al año y manteniendo la boca sana con unos buenos hábitos de higiene, ¡¡¡se puede llegar a evitar un implante al menos durante 30 años !!!; es rentable.

Desde el punto de vista de la clínica es importante ayudar a los pacientes a que sean disciplinados y mentalizarlos de la importancia de un buen cuidado de la boca. Por eso, en nuestra clínica nos preocupamos por nuestros pacientes, realizamos un exhaustivo seguimiento de las revisiones periódicas y tratamos de mentalizarlos de la importancia de una buena higiene. En los niños es especialmente importante que adquieran estos hábitos desde pequeños, por eso realizamos sesiones de educación en salud buco-dental cada vez que acuden a nuestra consulta.

Resolvemos tus dudas

En general si las encías están sanas, no deben sangrar. Si al cepillarte los dientes, notas que las encías sangran, lo más probable que exista un problema periodontal:

  • Gingivitis: es una inflamación de las encías causada por la placa dental que afecta tanto a niños como a adultos. Sus síntomas son:
    • Encías sangrantes
    • Enrojecimiento de las encías
    • Inflamación de las encías
    • Mal aliento.
  • Periodontitis, conocida también como piorrea. Es la enfermedad de las encías en estado avanzado como consecuencia de una gingivitis no tratada y tiene complicaciones que puede ser graves como el absceso dental, lo que causa la pérdida de los dientes. Los síntomas son:
    • Dolor
    • Sangrado
    • Encías hinchadas y enrojecidas
    • Movilidad de los dientes
    • Pérdida de hueso
    • Pérdida de los dientes
    • Mal sabor de boca
    • Mal aliento
    • Fiebre

Para evitar cualquier enfermedad periodontal es fundamental seguir unas buenas pautas de higiene dental y realizar revisiones periódicas con tu dentista.

Si detectas que sangran las encías con el cepillado, es imprescindible acudir cuanto antes al dentista.

La sensibilidad dental es un dolor dental agudo causado por la exposición de la dentina a diveros agentes como el frío, el calor, los dulces, los ácidos y el tacto.

La sensibilidad dental está asociada en la mayoría de los casos a una retracción de la encía que rodea los dientes (recesión gingival)

La sensibilidad dental más común es la que se produce por contacto con el frío.

El cepillado muy agresivo puede provocar recesión gingival y también es importante el momento del cepillado pues si se realiza inmediatamente después de las comidas, los ácidos de los alimentos pueden provocar un desgaste mayor del esmalte. Por eso es importante cepillarse los dientes al menos 15 minutos después de las comidas.

Por otra parte, una mala higiene bucal puede provocar la pérdida del esmalte y del cemento dental favoreciendo la sensibilidad dental.

Otra causa de los desgastes de los dientes que pueden generar sensibilidad dental es el bruxismo o rechinar de dientes.

Un alivio inmediato se consigue con pastas, colutorios y geles específicos para la sensibilidad dental. En cualquier caso es necesario que tu dentista evalúe el caso para tratar la causa de lo provoca.

Uno de los casos más frecuentes es la patología del tercer molar o muela del juicio que se produce por su evolución desde su formación hasta su colocación definitiva; sobre todo en las muelas del juicio inferiores.

Es muy habitual que las muelas del juicio inferiores no puedan salir correctamente y queden incluidas. Esta situación puede provocar caries o pericoronaritis. En estos casos se aprecia que la encía está inflamada, dolorida o con pus y lo que se requiere es su extracción.

Las muelas del juicio superiores también pueden quedar incluidas, aunque es menos frecuente. Sin embargo, sí suele ocurrir que salgan desviadas y rocen la mucosa del carrillo, llegando a producir pequeñas heridas. Esta situación también requiere que sean extraídas pues estas heridas constantes podrían llegar a malignizarse.

Si no se produce ninguno de estos casos y se mantienen sanas y posición adecuadas no es necesario extraer las muelas del juicio.

Cuando se produce un traumatismo en un diente se debe acudir cuanto antes al dentista para que valore qué parte de la estructura del diente puede estar afectada.

Si la rotura es superficial y afecta únicamente al esmalte, se puede resolver con un tratamiento estético: reconstrucción, carillas o coronas.

Si ha afectado al nervio puede requerir la realización de una endodoncia y posteriormente una reconstrucción, incrustación o corona.

Si la rotura es grande, con rotura de raíz, puede ser necesario realizar la extracción y colocar un implante.

El mal aliento o halitosis es el mal olor emitido por la boca y las causas son muy variadas. Puede estar causada por un problema digestivo o puede tener su origen en un problema bucal.

Para evitar el mal aliento se recomiendan unas pautas básicas:

  • Cuidado de la higiene dental: cepillado diario de los dientes tras las comidas, incluyendo una limpieza de la lengua, mejillas y paladar, así como utilizar un enjuague bucal al menos dos veces al día. El uso del cepillo eléctrico y sobre todo del irrigador es muy eficaz a la hora de eliminar las bacterias que causan el mal aliento en la boca.
  • Aumentar la producción de saliva respirando por la nariz para evitar la sequedad de la boca y masticar bien los alimentos antes de tragarlos. Consumir cítricos y alimentos ricos en fibra y masticar chicles sin azúcar.
  • Beber agua abundante para estar bien hidratado, al menos un litro y medio al día.
  • Seguir una dieta sana y equilibrada con verduras frescas y ricas en fibra.
  • Evitar ciertos alimentos que pueden provocar halitosis: dulces, embutidos y alimentos en general que causen digestiones pesadas.

Si aún siguiendo estas pautas básicas, no se consigue eliminar la halitosis, se deberá acudir al médico para detectar un trastorno estomacal o al dentista para descartar alguna patología bucal como caries, sarro o enfermedad periodontal.

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